CAPÍTULO 3: NAUSÍCAA, LA DE LOS BLANCOS BRAZOS
Este capítulo nos cuenta como Atenea visita a Nausícaa, la de los blancos brazos y le pidió que su padre lavara la ropa. Su padre lo hizo tal y como Atenea le había pedido. Cuando Ulises se despertó y se encontró con ella, éste le suplica que le dé un vestido para cubrirle y le señale el camino, y le responde que no tema ya que ella le va a ayudar. Nausícaa también ordena a sus compañeras que ayuden a Ulises y le bañaran pero él se negó. Ésta le pide a Ulises que su padre no lo vea ya que no quieren que hablen mal de ellos. Ulises hizo todo lo que le dijo Nausícaa y en ese momento, Atenea le escucha y le hace invisible. Él contempla todas las riquezas que había en ese palacio y en ese momento es visible. Una vez allí, Ulises suplica a la reina que le ayuden y que puedan regresar a su patria. Lo atendieron y le ofrecieron comida, cuando Alcínoo le dice que harían todo lo posible por que sus deseos se cumplieran.
Para finalizar, Ulises cuenta su aventura y la tempestad que tuvo que soportar cuando abandonó la isla de Calipso, a todo esto, Alcínoo le propone que se case con su hija pero él no aceptó.
CRISTINA MUÑOZ
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