MITOLOGÍA: ATENEA Y ARES

ATENEA.

Era hija de Zeus y Metis. Zeus se tragó a Metis cuando estaba embarazada, porque un oráculo había vaticinado que si Metis daba a luz a una niña, después nacería un hijo que le quitaría a Zeus el dominio del cielo. Cuando el sintió dolores en la cabeza, ordenó a Hefesto que se la abriera con un hacha. Este lo hizo y de la cabeza de Zeus nació Atenea armada y lanzando un fuerte grito de guerra.

Se trata de una diosa guerrera, que lleva casco, lanza y égida. Atenea era también diosa de la sabiduría y de la razón, y protectora de las artes y las letras. A menudo aparece sentada junto a Zeus, apoyándola con sus consejos y actitud reflexiva. Le fue consagrada la lechuza, animal que por su mirada fija simboliza la inteligencia.

 

El olivo era el árbol que la diosa había regalado al Ática para obtener el patrocinio de la ciudad de Atenas puesto que se le atribuye la invención del aceite de oliva.

El Partenón fue consagrado a Atenea como lugar de culto y de grandes celebraciones, como las fiestas Panateneas, que recordaban su nacimiento.

 También Atenea prestó ayuda a muchos héroes, entre los que destacan Ulises, Aquiles y Perseo.

  

ARES.

Era hijo legítimo de Zeus y Hera, era el dios de la guerra; se le representaba con coraza, escudo, lanza y espada. Su estatura era sobrehumana y profería terribles gritos de guerra.

Las amazonas, sus hijas, eran un grupo de mujeres guerreras que estaban bajo el mando de una reina, Hipsipila. En su reino no había hombres solo se recibían la visita de tribus vecinas para procrear y perpetuar su raza.

Homero, en el canto VIII de la Odisea, relata la unión amorosa de Ares con Afrodita.

 

CRISTINA VALERO TAUSTE.